jueves, 13 de septiembre de 2018

AFGANISTÁN y EEUU

Sinopsis

El país es un conjunto de tierras altas divididas por cadenas montañosas (de las cuales la principal es el Hindu Kush, de dirección este-oeste) que convergen hacia el "nudo" montañoso de Pamir en el Himalaya. En los valles del este se encuentran las principales ciudades. El país es seco y rocoso, pero hay muchas llanuras y valles fértiles donde, aprovechando el agua de pequeños ríos y pozos se cultivan frutas, cereales y algodón. Carbón, gas natural y mineral de hierro son los principales recursos minerales. El rápido incremento de la tasa de deforestación constituye el problema ambiental fundamental. La escasez de agua potable ha contribuido al aumento de las enfermedades infecciosas 

La Sociedad 


  • Pueblo: Los pushtus (patanes) representan 60,5% de la población, los tadjikos 30,7% y los uzbekos 5%. El resto está compuesto por hazaras y nómadas de origen mongol. 
  • Religión: 99% de la población es musulmana (74% sunita,15% chiíta y 10% otros). 
  • Idiomas: El pushtu es el idioma nacional. El persa es la lengua comercial. 
  • Partidos políticos: Hay once partidos islámicos, que reciben ayuda de Irán, Pakistán y otros países musulmanes. Los tres principales partidos islámicos son el Jamiat-i-Islami, tadjik moderado, liderado por Buranuddin Rabbani; el Hezb-i-Islami, dirigido por Gulbiddin Hekhmatyar, pushtu integrista, partidario de crear un estado islámico; y el Harakat Islami, del ayatola Asef Mohseini. En el poder hasta abril de 1992, el ex Partido Democrático del Pueblo de Afganistán (marxista-leninista), luego Partido Watan (de la Patria), fue ilegalizado por el gobierno provisional musulmán. 
  • Organizaciones sociales: Los sindicatos son muy débiles porque la actividad industrial no es muy significativa. 

Causas que originaron el actual conflicto en Afganistán

Al intentar analizar profundamente las causas de los actos terroristas que han sufrido los estadounidenses, en apariencia pueden no tener una explicación lógica ó coherente, ya que el terrorismo de que ha sido victima Estados Unidos pudiera tener su origen en una globalización mal encausada de la extensión de una economía neoliberal; así como también de la mala imagen de la supremacía militar de este país; por lo que más que un odio pasional consideramos que estos ataques tienen causas estructurales. A pesar de esto, el pueblo estadounidense y sus representantes no han prestado la debida atención a las causas fundamentales, ya que no aceptan o ignoran que existe una diversidad cultural, social y económica de pueblos que se sienten amenazados en su existencia tradicional. Si bien es cierto que existen diferencias culturales, no se puede simplificar el actual conflicto de Afganistán en un simple choque de civilizaciones. Con el fin de la guerra fría Estados Unidos se enfrentaba a la competencia de dos bloques económicos emergentes: el de Europa y Asia Central. La primera potencia mundial presentó un descenso en su fuerza económica con relación a la Unión Europea y al bloque económico de Asia Oriental (los tigres Asiáticos); bajo esta perspectiva existía la posibilidad de ser excluido económicamente del territorio Euroasiático, es por ello que las intervenciones estadounidenses no deberían ser consideradas solamente como reacciones a los ataques recibidos el 11 de septiembre, sino también como una respuesta a este nuevo cuadro geopolítico. Afganistán ha estado históricamente en un sitio considerado estratégico, entre el sur de Asia, Asia Central y Oriente Medio, también se encuentra situado convenientemente a lo largo de una ruta de oleoducto propuesta por empresas estadounidenses que va desde los campos petrolíferos del mar Caspio al Océano Indico. En vista de que Estados Unidos ya había situado tropas en la vecina republica ex-soviética de Uzbekistán antes del 11 de septiembre y establecido nuevas bases y derechos de asentamiento en Afganistán, Uzbekistán, Pakistán, Kirguizistán y en menor medida en Tayikistán durante la guerra, se podría especular que más que una reacción a los ataques terroristas que sufrieron, pretenden aprovechar la continua inestabilidad en Afganistán para establecer permanentemente la presencia militar de este país en esta región, e incluso instaurar el dólar como la nueva moneda afgana, en donde aparentemente las bases militares estadounidenses garantizarían una nueva infraestructura para el petróleo del mar Caspio. Cada intervención de los Estados Unidos en la región de Asia central, a dejado una lista de nuevas bases militares, donde nunca antes habían estado. El desarrollo de los países Europeos y del Asia Oriental podría disminuyan el poder económico de los Estados Unidos, aún cuando en asuntos militares siga siendo una Super Potencia. Este dominio militar se a reflejado en el control de nuevas regiones estratégicas, quizás para crear o mantener su fortaleza económica. En base a todo lo anterior y con la supuesta finalidad de apoyar a la guerra interna de cada país; el problema radica en que al finalizar estas intervenciones, las tropas estadounidenses no se retiraban, generando resentimiento dentro de las poblaciones locales, por lo que pareciera que estas bases no fueron construidas simplemente para ayudar a los países en conflicto, sino más bien que estas ofrecían una conveniente oportunidad para establecer bases militares.
En 1991 durante la guerra del golfo Estados Unidos trajo consigo el asentamiento de grandes bases militares en Arabia Saudita y Kuwait, así como derechos de establecimiento en los estados del Golfo de Bahrarin, Qatar, Omán y los Emiratos Árabes Unidos; cumpliendo un rol estratégico en cuanto al aseguramiento y control de las fuentes de crudo de las potencias económicas europeas y de Asia Oriental, además de buscar dominar potenciales disidencias internas en las monarquías ricas en petróleo. Uno de los puntos neurálgicos de estos acontecimientos, fue el asentamiento de las tropas estadounidenses en Arabia Saudita, considerada por el mundo islámico como tierra santa, hecho que contribuyo a aumentar la mala reputación ya existente de los Estados Unidos en la región.
En general es evidente que hubo prioridades geopolíticas que explican porqué Estados Unidos se halla involucrado en guerras tales como, la del Golfo, la de Somalia, la de los Balcanes y actualmente en Afganistán.
En Febrero de 1991, Estados Unidos lanzó la guerra terrestre contra Irak, a pesar de que Saddam ya estaba retirándose de Kuwait bajo el plan de retirada sovietico.
En 1992, nuevamente el gobierno estadounidense mandó tropas a pesar de que la hambruna que uso como justificación ya había disminuido.
En 1999 Estados Unidos también entro en guerra con Servia para reforzar su salida de Kosovo, a pesar de que Yugoslavia ya había cumplido muchos de los términos de retirada en la conferencia de Ramboullet.
En el 2001 Afganistan fue atacada sin haber puesto mayor presión diplomática sobre los talibanes para que entregaran a Bin Laden. Aparentemente Estados Unidos fue a la guerra no como último recurso, sino porque vio la guerra como una buena oportunidad para lograr mayores metas.
Tanto si miramos las guerras de los EE.UU. de la década pasada en el Golfo Pérsico, Somalia, los Balcanes o Afganistán, o las posibles nuevas guerras en Yemen, Las Filipinas o Colombia / Venezuela, Irak, Irán y Corea del Norte, aparecen los mismos temas comunes. Las intervenciones militares de los EE.UU. no se pueden relacionar todas con problemas por el petróleo (o más bien de beneficios económicos del petróleo), aunque muchas de las recientes guerras sí que pueden tener sus raíces en políticas del petróleo. Casi todas ellas pueden relacionarse con el deseo de los EE.UU. de construir o reconstruir bases militares. Quizás los EE.UU. están introduciéndose agresivamente en nuevas regiones del mundo para evitar que sus competidores hagan lo mismo. La meta sería incrementar el control de las empresas estadounidenses sobre el petróleo que necesitan Europa y Asia Oriental, ya se encuentre el petróleo en el Mar Caspio o en el Caribe. Así como también establecer nuevas esferas de influencia norteamericanas.

                                        Marpin y la Rana.

jueves, 6 de septiembre de 2018

Florece allí el acero de los jóvenes, la dulce musa y la justicia franca.

Y Píndaro dice:


    Allí de los ancianos el consejo,
   las lanzas de los jóvenes tienen la primacía,
   los coros, y las musas, y el contento;



   Que igual pesan al frente uno de otro
   usar bien del acero y de la lira.

                     Marpin y la Rana.

jueves, 30 de agosto de 2018

Relaciones entre los américo-liberianos y los pueblos indígenas Las relaciones entre los colonos y los nativos liberianos fueron enfrentadas desde la fundación de Liberia y finalmente llevaron al derrocamiento del régimen américo-liberiano en 1980


Resistencia[editar]

Los habitantes originales del territorio sufrieron durante la llegada de los colonos americanos y su expansión territorial. Se resistieron a la colonización en todas las formas imaginables hasta 1980

Relaciones entre los Estados Unidos y Liberia[editar]

Durante sus 133 años en el poder (1847-1980), los américo-liberianos gobernantes tuvieron una relación política complicada con los Estados Unidos.

Apoyo estadounidense a los américo-liberianos[editar]

Hasta 1915 y en general, los Estados Unidos ayudaron a los gobernantes liberianos a sofocar las rebeliones y alzamientos de las tribus indígenas del país.
Entre 1882 y 1919, siempre que Gran Bretaña o Francia se anexionaban o amenazaban con anexionarse, parte del territorio liberiano, la ayuda de la armada de los Estados Unidos fue vital para mantener la independencia del país.
Hacia 1906, tras décadas de crisis financieras y ruinosos préstamos británicos, el gobierno liberiano se encontraba esencialmente en bancarrota. En 1912 los Estados Unidos avalaron un préstamo internacional por cuarenta años de 1.700.000 $, que Liberia contrajo con cuatro países (Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, y Alemania) que controlaron los ingresos del gobierno liberiano hasta 1926.
El presidente Edwin Barclay(derecha) y el presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt durante la Segunda Guerra Mundial, en enero de 1943
En 1926, el gobierno liberiano realizó una concesión a la compañía estadounidense de caucho Firestone para crear la mayor plantación de caucho en Arbel. Al mismo tiempo Firestone realizó un préstamo privado de 5 millones de dólares al gobierno. Sin embargo, en la década de 1930 Liberia se encontra nuevamente en bancarrota, y tras cierta presión estadounidense, aceptó un plan de ayuda de la Liga de Naciones. Como parte de este plan, dos administradores de la Liga se convirtieron en “consejeros” del gobierno liberiano
                                 Marpin y la Rana.

lunes, 13 de agosto de 2018

Puentes de plata a enemigos que huyen.

¡Gracias, amigas y amigos por vuestro entusiasmo de corazón!



                             Marpin y la Rana

sábado, 28 de julio de 2018

Fatoumata Diawara con el blog Marpin y la Rana.

                                Un saludo para ella y su gente.








                                 Marpin y la Rana