viernes, 22 de agosto de 2014

Mességué escribe: "sobre la tierra que Dios nos ha dado nos conducimos poco más o menos como un elefante en un almacén de porcelana, destrozándolo todo a nuestro paso, cuando deberíamos cuidar con infinita ternura de no aplastar ni el más pequeño tallo de hierba, ni la más tímida hormiga."

En nuestras facultades de medicina, junto a la cátedra de herboristería y de fitoterapia, debería existir también una cátedra de fitosociología. No exageramos, ya que las plantas y las hierbas están organizadas en clases sociales, con sus jerarquía social, sus privilegios, y probablemente también sus injusticias sociales correspondientes; no sería sorprendente leer en un periódico del año 3815 despues de J.C. una noticia de este tipo: "acuerdo concluido entre el sindicato de las coníferas y el sindicato de las umbelíferas."
Las leyes que rigen las grandes comunidades vegetales vienen de la Madre Naturaleza. En cada prado, en cada calvero, en cada bosque, vive una comunidad.




                                             Marpin y la Rana.