aunque frunzas el ceño
y finjas no entenderme
si te digo que esta tarde
han venido los de siempre...
Tú conoces mis sueños
y que soy enemigo
de tener una ficha
un color, un partido.
Por encima de todo
está mi libertad
y mi casa y un libro
y esta vieja guitarra,
mientras contemplo a Carmen
armonizar la casa
en su lucha diaria
que es tu lucha y la mía
por seguir a pie firme junto al tiempo
sin vendernos.
-Víctor Manuel-
Marpin y la Rana.
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