Hemos de procurar no mentir mucho.
Sé que a veces mentimos
para no hacer un muerto,
para no hacer un hijo
o evitar una guerra.
De pequeña mentía
con mentiras de azúcar.
Decía a las amigas:
-Tengo cuarto de baño.
Y mi casa era pobre
con el retrete fuera.
-Mi padre es ingeniero.
Y era sólo fumista.
Pero yo le veía ingeniero ingenioso.
Me costo la costumbre de arrancar
la mentira, me tejí este vestido
de verdad que me cubre.
A veces voy desnuda.
Desde entonces me quedo
sin hablar muchos días.
Gloria Fuertes
Presencias Invisibles
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