jueves, 13 de septiembre de 2012

¡Oh qué oscuro es el abismo! ¡Y qué débil la mirada! El silencio, tan inmóvil, ante nosotros se halla. ¿Qué somos y dónde estamos? ¿Llorar o gozar debemos? Aquellos seres que hallamos. Pasan. La ley ¿dónde está?




Cuando de nuevo ella alcanza su chamizo, ya las rocas
Blanquean, Junto a su cama ella una silla coloca,
Muy pálida toma asiento, y parece que tuviera
Remordimientos, su frente se apoya en la cabecera.
Y, por instantes, palabras entrecortadas su boca
Emite; allí a lo lejos, ruge feroz la mar ronca.


"¡Pobre hombre! ¿Qué dirá? Pues tiene ya ¡Oh Dios mío!

-Victor Hugo-

SINTIENDO PRESENCIAS INVISIBLES

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