Los seres felices en amor poseen una expresión profundamente atenta, lo que para un francés quiere decir profundamente triste.
Dresde, 1818
El reproche más grande que podamos hacernos es, ciertamente, por dejar que se desvanezcan, como esos fantasmas ingrávidos que produce el sueño, las ideas de honor y justicia que de tanto en tanto se elevan en nuestro corazón.
Carta de Jena, marzo, 1819
EL AMOR, TAMBIEN ES UNA PRESENCIA INVISIBLE
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