domingo, 10 de febrero de 2013

Después del Infierno, la Primavera ¿Y después de la primavera? El paraiso.



Me paseaba con medio cuerpo desnudo, aburrido desde el mediodía, soplando calor que junta el techo y que ahora, siempre, en las tardes, derrama adentro de la pieza. Caminaba con las manos atrás, oyendo golpear las zapatillas en las baldosas, oliéndome alternativamente cada una de las axilas. Movía la cabeza de un lado a otro, aspirando, y esto me hacia crecer...


                                          Marpin y la Rana.

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